martes, 10 de enero de 2012

EL NACIMIENTO DE HUITZILOPOCHTLI



Cuenta la leyenda que en Coatepec (poblado rumbo a Tula) vivía Coatlicue, madre de los 400 surianos (del Sur) y de Coyolxauqui.

En Coatepec Coatlicue pagaba una penitencia y por ello tenia a su cargo barrer la montaña de la Serpiente. Un día mientras desempeñaba su ardua labor sobre ella comenzó a bajar un plumaje, una especie de bola de plumas finas. Coatlicue recogió una pluma y la coloco en su seno. Para cuando termino de barrer comenzó a buscar la pluma que había guardado pero nada encontró en su seno.

A partir de ese momento Coatlicue quedo embarazada, cosa que no fue del agrado de los 400 surianos por lo que preguntaron: “¿Quien le ha hecho esto? ¿Quien la dejó encinta? Nos afrenta, nos deshonra”. A lo que su hermana, Coyolxauhqui les contesto: “Hermanos, ella nos ha deshonrado, hemos de matar a nuestra madre, la perversa que se encuentra ya encinta. ¿Quien le hizo lo que lleva en el seno?”

En cuanto Coatlicue se entero de los planes de sus hijos se asusto muchísimo a la vez que se entristecía por tan malvados planes. Pero su hijo Huitzilopochtli, que se encontraba en su seno le confortaba diciendole: “No temas yo se lo que tengo que hacer”.

Mientras tanto los 400 surianos habían llegado a un acuerdo, estaban listos para matar a su madre. Se pusieron en movimiento y eran liderados por Coyolxauhqui. Los hermanos iban robustecidos, ataviados y guarnecidos para la guerra.

Asi, listos para acabar con su madre el escuadrón lleno de orden comenzó su marcha guiado por Coyolxauhqui. Y justo cuando el ejercito por fin ascendió a la cumbre del monte sagrado ocurre el milagro…

Huitzilopochtli nació se puso sus atavíos, su escudo de plumas de águila, sus dardos, su lanzadardos de turquesa, se pinto su rostro… Y uno de sus pies, el izquierdo, era enjuto llevaba una sandalia cubierta de plumas...

Fue en ese momento cuando el llamado Tochancalqui puso fuego a la serpiente hecha de teas llamada Xiucoatl, que obedecía fielmente a Huitzilopochtli. Con ella, Huitzilopochtli hirió a Coyolxauhqui, le corto la cabeza y esta vino a quedar abandonada en la ladera de Coatepec, montaña de la Serpiente. El cuerpo de Coyolxauhqui fue rodando hacia abajo, cayo hecho pedazos quedando por diversas partes sus manos, sus piernas, su cuerpo.

Entonces Huitzilopochtli se irguió y persiguió a los 400 surianos haciendo que se dispersaran desde la cumbre de Coatepec. Vanos fueron los intentos de los surianos por defenderse, mucho le rogaban: “¡Basta ya!”. Pero Huitzilopochtli no estaba contento con eso, con fuerza se ensañaba contra ellos, los perseguía hasta que después de perseguirlos por largo tiempo les dio muerte, así libero su ira y termino quitasoles sus atavíos, sus adornos, su anuecúyotl. Huitzilopochtli se los puso, se los apropio incorporandolos a su destino, hizo de ellas sus propias insignias.

Huitzilopochtli tomo la cabeza de Coyolxauhqui y la lanzo al cielo, con lo que se convirtió en la Luna y los surianos en sus estrellas.

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